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Campaña de modelado 3D de icnitas de dinosaurio en La Rioja

El pasado día 18 de junio se realizó el levantamiento por fotogrametría terrestre de varios yacimientos de icnitas de dinosaurio situados en La Rioja. En dicho trabajo participaron Félix Pérez-Lorente (Universidad de La Rioja), José Ramón Rodríguez, Enoc Sanz y Marco Antonio Blanco (componentes del GI-202 del Campus de Ponferrada de la Universidad de León), David Núñez y Esperanza García, miembro de GEOPAGE y actualmente becaria de investigación de la Universidad de León.

Hace ya más de 30 años desde que comenzaron a estudiarse en esta zona yacimientos con huellas de dinosaurio. En la actualidad La Rioja cuenta con más de 160 yacimientos paleoicnológicos inventariados y un total de más de 10000 icnitas de dinosaurio estudiadas. El estudio de estos fósiles aporta importante información sobre diversos aspectos de la biología de estos animales, tales como su comportamiento.

 

La aplicación de nuevas técnicas  facilita el estudio de estos yacimientos, así como la obtención de resultados de investigación más precisos. El levantamiento fotogramétrico terrestre es el método ensayado en estos yacimientos, en el cual a partir de una serie de fotografías se puede obtener la métrica del objeto y un modelo en tres dimensiones texturizado. El modelado resultante es fácilmente tratable y mensurable.


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Alipio García de Celis, experto del Comité científico de la Reserva de la Biosfera de los Ancares leoneses

Seguimos con los nombramientos en Geopage. Esta vez es nuestro compañero de la Universidad de Valladolid, Alipio García de Celis, quien ha entrado a formar parte del recién creado Comité científico de la Reserva de la Biosfera de los Ancares leoneses.

Junto a Alipio, forman parte de este comité los especialistas Valentín Cabero Diéguez (geografía, Universidad de Salamanca), Julio Javier Diez (patología forestal, Universidad de Valladolid), Julio Lago Rodriguez (económicas, Universidad de León), Estanislao de Luis Calabuig (ecología, Universidad de León) y Angel Ruíz Mantecón (ganadería de montaña, CSIC).

En pocos sitios, el sustrato geológico ha marcado el desarrollo socioeconómico de una región tan profundamente como lo ha hecho en el territorio englobado en la Reserva de la Biosfera de los Ancares leoneses. Desde aquí, nuestra enhorabuena a estos especialistas y el ruego de que, en sus tareas relacionadas con el comité científico, tengan presente el importante patrimonio geológico de este territorio.

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José María Redondo nombrado vocal del Comité Científico de la Red de Parques Nacionales

Desde mayo de 2012, nuestro compañero del Grupo de investigación, José María Redondo, forma parte del Comité Científico de la Red de Parques Nacionales del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Quienes le conocemos estamos seguros de que, desde esta importante vocalía, hará todo lo posible para defender el patrimonio natural (y muy especialmente el enorme patrimonio geológico) de nuestros Parques Nacionales. ¡¡¡Enhorabuena!!!

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La «marmita de gigante» del lecho del río Sil en Peña Castillo, Bárcena del Río (León)

La Fundación Pedro Álvarez Osorio acaba de editar el libro Ponferrada artística y monumental, del historiador berciano Vicente Fernández Vázquez. Se trata de una obra que nos habla de los monumentos, edificios, obra civil, infraestructuras hidráulicas y muchas otras construcciones que han jugado un papel reseñable en la historia de Ponferrada. Cada sitio es analizado en su contexto social, político, económico y artístico; y se acompaña de mapas, fotografías y dibujos, en su mayor parte antiguos.

(foto publicada por Vicente Fernández)Entre las fotografías que aparecen en esta magnífica obra, nos ha llamado la atención esta que aquí reproducimos, y que muestra la Marmita Gigante, un pozo de 7,5 metros de profundidad y 3,5 metros de anchura, que apareció durante las obras de la presa de Bárcena. En caso de no haber desaparecido, este paraje sería hoy día un claro ejemplo de lugar de interés geológico. Por este motivo, hemos considerado interesante comentar algo sobre esta estructura geológica, al mismo tiempo que agradecemos a Vicente Fernández la posibilidad que nos ha brindado, con su excelente libro, de conocer esta maravilla geológica hoy desaparecida.

Las marmitas de gigante son uno de los elementos que caracterizan los lechos erosivos de los ríos. Se forman por la acción de los remolinos de agua sobre fondos constituidos por rocas compactas y coherentes. El paso del agua a través de lechos rocosos irregulares y con saltos en su pendiente longitudinal crea zonas de desigual velocidad con torbellinos de agua y remolinos. Por otro lado, si el caudal de agua es suficiente para arrastrar cantos rodados de rocas resistentes (y normalmente lo son cuando contienen cuarzo), el movimiento en forma de torbellino aprovecha esos cantos rodados como abrasivo, desgastando poco a poco el lecho, ampliándolo, profundizándolo y, en definitiva, creando esas depresiones circulares abiertas en la roca viva y con paredes pulidas. Son las marmitas de gigante.

Cuando se cumplen estos requisitos, las corrientes de alta energía confinadas en los estrechos lechos de una hoz dan lugar a marmitas, aunque por lo general sus dimensiones suelen ser modestas y no sobrepasar el metro de diámetro. Es el caso de las que se localizan sobre los lechos calcáreos de las calizas masivas de las Hoces de Vegacervera, de los Calderones al N de Piedrasecha, o del desfiladero del Río Cares.

Esas condiciones se cumplían holgadamente en el río Sil antes de la construcción de la Presa de Bárcena, a finales de la década de los años 50 del pasado siglo. Por un lado la presencia de rocas muy duras, concretamente granitos, en la zona de la presa; por otra, la abundancia de cantos rodados de cuarzo, cuarcita y arenisca transportados por el río desde los afloramientos paleozoicos situados aguas arriba. Además, su elevado caudal medio (el Sil es el río más caudaloso del NO) se precipitaba por el encajonamiento del río al atravesar los granitos de Montearenas, esculpiendo una garganta de algo más de 3 kilómetros con tramos muy angostos. Precisamente los más estrechos fueron elegidos para situar las presas de Bárcena y de Fuente del Azufre.

La génesis de esta garganta labrada por el río Sil en el reducido afloramiento de granito de Montearenas (también el río Boeza ha esculpido la suya, más al SE) hay que relacionarla con la dinámica geomorfológica general de toda la cubeta del Bierzo y con el establecimiento del escurrimiento de la actual red fluvial hacia Galicia. Así, la presencia de restos de conglomerados fluviales y fluviotorrenciales muy antiguos y suspendidos (algunos a casi 200 m sobre el lecho actual) en ambas márgenes, es una prueba evidente de la alta capacidad del río Sil para encajonarse en los granitos subyacentes a esos depósitos. De ahí su consideración de garganta epigenética con carácter de sobreimposición con la que se definió en su momento (Redondo Vega y otros, 2002).

Por otro lado, esa particular y favorable disposición de las rocas resistentes a ambos lados del valle, en la misma embocadura de la angostura, fue observada ya en los años 20 del pasado siglo por Hernández Sampelayo (1924) cuando se refiere al cierre del pantano en la “Peñas del Castillo”. Este autor, además de realizar el primer mapa geológico detallado del vaso de lo que hoy es el embalse de Bárcena, se fijó en ese punto como el más idóneo para construir la presa. En su estudio se incluyen también varias fotos del desfiladero del Sil.

Las dimensiones de la marmita de gigante que se localizaba en el congosto del río Sil al N de Motearenas, y que hemos podido conocer gracias a la imagen del libro de Fernández Vázquez (2012), son de tal magnitud que por sí solas habrían bastado para incluir este lugar en el inventario que realizamos sobre el patrimonio geológico de la provincia de León (Fernández-Martínez y Fuertes González, 2009). Desgraciadamente, es un ejemplo más de patrimonio geológico desaparecido por las obras públicas que se acometieron en la segunda mitad del siglo pasado, y en las que los embalses figuran como uno de los elementos más perturbadores del patrimonio geológico en España. Los embalses, además de la desaparición física de muchos elementos patrimoniales valiosos (como el caso que nos ocupa), suponen siempre el cambio drástico del régimen fluvial de los ríos, la modificación de su dinámica natural y la desaparición de su capacidad como agentes modeladores del relieve.

Referencias:

Fernández-Martínez, E. y Fuertes González, I., (Coords.), 2009). Lugares de Interés Geológico. León. Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, DVD, ISBN 978 84 692 5657 2.

Fernández Vázquez, V., 2012. Ponferrada artística y monumental. Fundación Conde de Lemos-Pedro Álvarez Osorio, Ponferrada, 823 p.

Hernández Sampelayo, P., 1924. Informe sobre la impermeabilidad del pantano de Bárcena y Posada en el río Sil. Boletín del Instituto Geológico de España, T XLV: 235-249.

Redondo Vega, J.Mª., Gómez Villar, A., González Gutiérrez, R.B. y Carrera, P., 2002. El relieve del Bierzo. XVI Jornadas de Geografía Física. Secretariado de Publicaciones y Medios Audiovisuales, Universidad de León. León, León: 85-95. ISBN 84 7719 806 3.

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Geolodía 2012 en León

El domingo 6 de mayo es el día elegido para celebrar el Geolodía, un día en el que, en cada una de las provincias españolas, se organiza una actividad relacionada con la geología, dirigida al público general y guiada por algún geólogo especialista en la zona. En León, y por tercer año consecutivo, la organización del Geolodía 12 correrá a cargo de la Asociación Mineralógica Aragonito Azul, cuyos miembros son los responsables del Área de Geología y Paleontología del Museo Alto Bierzo.

Este año, y bajo el atractivo título de El Sil: ladrón de ríos, nos proponen un itinerario que discurre por uno de los rincones más hermosos de nuestra provincia: el curso alto del río Sil. La ruta permitirá apreciar, con mirada geológica, lugares tan emblemáticos como las surgencias kársticas de Cuevas del Sil, la captura fluvial en el Puente de Las Palomas, el paisaje glaciar con fuerte impronta tectónica del Lago de Babia o los arrecifes devónicos de la Vega de los Viejos, entre otros lugares no menos interesantes. Muchos de ellos son Lugares de Interés Geológico (LIG) científicamente muy valiosos pero también atractivos para cualquier persona que sienta curiosidad por lo que le rodea.

Podéis descargaros el tríptico de la ruta pinchando aquí. La inscripción es obligatoria pero la asistencia es gratuita. Quienes tengáis interés en asistir, podéis contactar con los organizadores llamando al teléfono 627 456 333, o bien en la dirección de correo: aragonitoazul@hotmail.com

Para saber más sobre el Geolodía 12 en otras provincias, podéis consultar este enlace.

Desde Geopage, animamos a todas las personas amantes de la naturaleza a participar en esta actividad. Si nunca habéis asistido a algo así, os aseguramos que, tras ella, veréis el paisaje de otra manera…

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Negligencia ambiental en la Vía Verde de la Sierra de la Demanda (Burgos)

La Vía Verde de la Sierra de la Demanda recorre 54 km entre las localidades de Arlanzón (cerca de Burgos capital) y Monterrubio de la Demanda. Se trata de un antiguo ferrocarril minero (gracias al cual se descubrió el yacimiento de Atapuerca) que se abandonó a comienzos del siglo XX y que fue rehabilitado como Vía Verde en el año 2004 por el Ministerio de Medio Ambiente.

 

En su recorrido por el término municipal de Riocabado de la Sierra cuenta con un puente de grandes dimensiones sobre el río Valdorcas, afluente del río Pedroso. En el otoño de 2010 se produjo un derrumbe que impedía el paso por la Vía Verde y casi un año más tarde, en agosto de 2011 comenzaron las obras para acondicionar la zona, finalizando en enero de 2012.

 

El presupuesto total invertido para la reparación ha ascendido a 238.000 euros y ha consistido en la nivelación del puente desprendido y la construcción de una pasarela de color rojo, que destaca enormemente entre los bosques adyacentes. Hasta aquí todo normal como una de las posibles soluciones para dejar expedita la vía al tránsito de personas.

 

Sin embargo, el mayor problema del derrumbe es que el río Valdorcas, que discurre bajo el puente del ferrocarril, se ha visto sepultado por gran cantidad de rocas, provocando que en un tramo de unos 50 metros el agua circule por debajo de las mismas. Esto supone que, en la práctica, el río ha quedado dividido en dos, por encima y por debajo del desprendimiento, impidiendo la conexión de la fauna ictícola (básicamente truchas) entre los dos tramos.

La situación es grave, puesto que el río Valdorcas, que mantiene un grado de naturalidad muy elevado, es una de las principales áreas de desove de la cuenca del Arlanza y, por esa razón, permanece vedado para la pesca desde el año 1995. Tampoco se debe olvidar que la zona está declarada como LIC, ZEPA y se encuentra dentro del Espacio Natural “Sierra de la Demanda”. Eso sin contar con que el taponamiento del río puede ser peligroso para la propia estabilidad del talud sobre el que se asienta la pasarela.

 

A pesar de que vecinos de Riocabado de la Sierra y representantes de la Sociedad de Pescadores Valle del Pedroso habían avisado de la situación a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, las obras se han dado por finalizadas sin que se haya realizado ninguna acción de limpieza en el río.

 

En definitiva, se han invertido un total de 2,7 millones de euros para la adecuación del ferrocarril como Vía Verde y 238.000 euros para la construcción de una pasarela de dudoso valor estético, pero no se ha invertido un sólo euro en la limpieza de 50 metros de rocas desprendidas sobre el cauce del río Valdorcas. Una pequeña máquina, en pocas horas, podría dejar limpio el cauce, puesto que se trata de un tramo muy reducido en extensión. Es una muestra más de hasta que punto el dinero dedicado al Medio Ambiente se reparte entre la naturaleza y el turismo.

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El embalse de Matalavilla y el valle del río Valseco

En 1967 se terminan las obras de la presa de Matalavilla, en el río Valseco, afluente del Sil (NO de la provincia de León). La presa se apoya en un cerrado escobio de cuarcitas paleozoicas que dan paso a un amplio valle, ahora ocupado por el embalse, que tiene una capacidad de 65 Hm3 (Foto 1).

 

Esta obra forma parte del sistema de aprovechamiento hidroeléctrico del Alto Sil: el agua embalsada aguas abajo de Villablino, en Las Rozas, cuya presa eleva la cota máxima del agua a 959,50 m, se transporta mediante un túnel de 11 km hasta el embalse de Matalavilla, situado a cota similar. Desde este punto, localizado en el valle del río Valseco, el agua se lleva mediante otro túnel a la central hidroeléctrica de Las Ondinas, situada ya en el valle del Sil, a una cota de sólo 802,30 m y distante apenas 1,5 km. Allí se aprovecha el elevado gradiente y potencial para generar electricidad (ver Mapa).

 

El sistema de conducción de Las Rozas-Matalavilla capta agua de parte de los arroyos afluentes del Sil por su margen izquierda (Durria, La Seita y Matalavilla). Además, el embalse de Matalavilla recibe casi íntegramente el caudal del río Salentinos que, mediante azud y túnel, es desviado al mismo. A estas aportaciones, se une el propio caudal del río Valseco en su totalidad.

Esta configuración de trasvases, captaciones y conducciones hacen de Matalavilla un gran reservorio de agua sin otra función que la de almacén, desde donde se conduce de nuevo al río Sil generando electricidad en la central de Las Ondinas.

Aguas abajo de la presa, el valle está absolutamente seco, de tal manera que el río Valseco no existe como tal a lo largo de 800 m, hasta su confluencia con el río Salentinos. Por su parte, el río Salentinos ve captada y trasvasada la mayor parte de su caudal al embalse de Matalavilla; por eso, cuando confluye con el río Valseco después de recorrer 2,5 km desde su trasvase, es apenas un regato exiguo alimentado sólo por alguna fuente que mana de las cuarcitas que atraviesa. Y tal situación no mejora, en absoluto, aguas abajo de la confluencia hasta su desembocadura en el Sil, llegándose a secar por completo en la mayor parte de su recorrido porque, además del muy escaso caudal circulante, atraviesa en este tramo un potente aluvión de origen fluvioglaciar muy filtrante, lo que supone importantes perdidas de agua desde la superficie.

El resultado de la construcción de la presa de Matalavilla desde 1967 es la profunda modificación de la escorrentía y del régimen fluvial de estos dos valles: uno seco siempre y otro igualmente seco la mayor parte del año. Este atentado contra el medio natural es, además, irreversible, puesto que la presa se concibió de manera que no permite la existencia de un mínimo caudal ecológico. De hecho, el cauce aguas abajo de la presa está parcialmente ocupado por escombros y estériles de la obra, los cuales nunca han sido removidos de su sitio porque nunca circula agua por el cauce. En el caso de que fuéramos capaces de aportar algo de caudal de forma permanente al río Valseco desde la presa, ¿la empresa que aprovecha el agua embalsada cedería parte del caudal de un embalse que tiene serias dificultades en llenarse? (la media en los últimos 10 años, por ejemplo, está por debajo del 50% de su capacidad).

Hasta el momento, la única medida “ambiental” realizada es la que la administración autonómica, en un alarde de proteccionismo, lleva a cabo en el año 2011, momento en que decide regular la ¿pesca? en un río que lleva más de 40 años seco, como se puede apreciar en las fotos 2 y 3.

 

 

Pero la destrucción que han traído estos aprovechamientos también afecta a otros elementos del patrimonio natural, como el mismo vaso del embalse o su entorno inmediato. Veamos algunas afecciones especialmente perjudiciales para el patrimonio geológico.

 

Ejemplo 1. Dinámica fluvial de canales trenzados

El embalse de Matalavilla ha ocultado bajo sus aguas el que podría ser el mejor ejemplo de toda la montaña cantábrica de un curso fluvial con canales trenzados. Recibe este nombre un tipo de ríos caracterizados porque el agua no se concentra en un curso central, sino que se reparte en varios canales sinuosos que se entrecruzan entre sí, dejando barras entre ellos (Foto 4). Son el resultado de una dinámica fluvial especial, caracterizada por cursos con mucha agua, abundante sedimento y pendiente moderada, donde las aguas se adaptan a un lecho móvil. En el caso del río Valseco, los sedimentos proceden de la erosión de las morrenas depositadas por los glaciares que ocuparon este valle. El desarrollo de canales trenzados en el río Valseco está, muy probablemente, en el origen de este nombre, ya que muchos de estos canales tendrían carácter estacional, permaneciendo secos una parte del año.

En la actualidad, y dado que el embalse casi nunca está lleno, aún se puede observar esta morfología fluvial en la cola del mismo (Foto 4), en ocasiones con muchos canales activos como en las crecidas de octubre de 2006

 

Ejemplo 2. Depósitos glaciares

Durante el último máximo glaciar (hace unos 35.000 años), el hielo ocupó totalmente el valle de Valseco. Como consecuencia de la actividad del glaciar, este valle se cubrió por sedimentos transportados y depositados por el hielo. Son sedimentos de muy diverso tipo pero todos ellos guardan una amplia información geomorfológica y paleoclimática, de gran importancia en los estudios actuales sobre paisaje y cambio climático.

La construcción de las infraestructuras asociadas al embalse de Matalavilla afectó a gran parte de este patrimonio geomorfológico, destruyendo algunos depósitos y alterando gravemente otros. Entre ellos, cabe destacar:

1) La explotación casi total de un depósito de arenas yuxtaglaciares (Foto 5). Su aprovechamiento ha hecho que, en la actualidad, se conserve sólo un 5% del depósito original, lo que impide obtener datos paleoclimáticos del mismo.

 

 

 

2) La anegación, bajo de las aguas del embalse, de potentes sedimentos morrénicos, hoy inaccesibles para su estudio. Además, las obras de preparación de los estribos de la presa dejaron al descubierto depósitos atribuibles a circulaciones de agua subglaciar, que hoy también se encuentran anegados.

3) Al hacer la carretera de Matalavilla a Páramo de Sil, quedaron expuestos unos depósitos de till glaciar (Foto 6), perdidos para siempre como consecuencia de la obra del embalse.

 

 

 

4) Diversos depósitos morrénicos han sido tan transformados por la acción antrópica que han perdido gran parte de su interés patrimonial, encontrándose los restos diseminados por el terreno pero fuera de su contexto genético, hecho que anula su valor científico. Este es el caso de los cantos estriados glaciares, denominados planchas, que se pueden encontrar en el entorno de las antiguas morrenas de Matalavilla (Foto 7).

 

Gran parte del patrimonio geológico alterado por la construcción del embalse es ya irrecuperable. Pero, al menos, sí debería exigirse a las autoridades competentes el mantenimiento de un caudal ecológico en los ríos y arroyos ligados a este embalse, más aún si tenemos en cuenta que todos ellos se encuentran dentro de uno de los espacios naturales de mayor valor ambiental del país, como es la cuenca del Alto Sil.

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Desastre ambiental en el arroyo de Folledo

El río Folledo (o Buiza) es un afluente del río Casares, en la cuenca del río Bernesga. Su cabecera principal se sitúa en la vertiente meridional de la Sierra del Rozo, que culmina entre 1700 y 1800 m de altitud, en la Montaña Central Leonesa. Es aquí dónde el denominado arroyo de Alceo tiene sus fuentes, presentando un caudal permanente. Junto al despoblado de Alceo, a 1340 m de altitud, se une otro pequeño arroyo procedente del entorno de Pedrosillo que proporciona un importante caudal. Desde ese punto se introduce en un angosto valle muy bien conservado entre un robledal hasta que, después de 3,5 km desde su nacimiento, se une a otro arroyo procedente de Folledo. Ambos, ya con el nombre de río Folledo, recorren otros 3,5 km hasta el río Casares, muy cerca de la confluencia de éste con el río Bernesga.

Toda la cuenca se sitúa dentro del LIC Montaña Central de León (ES 4130050) y de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga. A pesar de su corto recorrido (7 km), este río tiene una gran importancia por constituir una de las principales zonas de desove de truchas de la cabecera del río Bernesga, gracias a que, hasta ahora, poseía un grado de naturalidad muy elevado. Así, mantenía una importante población de trucha autóctona, además de otras especies de interés, como la nutria y el desmán ibérico. De hecho, esos valores sirvieron para desestimar la construcción de una minicentral en marzo de 2007 que hubiera afectado tanto al río Casares como al tramo inferior del río Folledo.

Toda la cuenca, por tanto, ha mantenido unas buenas condiciones naturales hasta el comienzo de la construcción de la línea de alta velocidad León – Asturias. La conexión de ambas provincias ha implicado la construcción de dos túneles de 25 km de longitud, unos de los más largos del mundo, atravesando la Cordillera Cantábrica y uniendo los valles del Bernesga (León) y del Huerna (Asturias). Además, se han realizado galerías de acceso desde Buiza y Folledo.

 

Estos túneles han supuesto importantes afecciones al medio natural de la zona. Entre las más graves se encuentra el trasvase de aguas desde la vertiente leonesa a la asturiana, provocado por la perforación del terreno. Las obras han generado problemas de abastecimiento de aguas en poblaciones leonesas, como Beberino, Villamanín, Rodiezmo o Casares, y la grave contaminación de algunos ríos asturianos, principalmente el Huerna, dónde hubo una importante mortandad de peces, especialmente en el año 2008. A pesar de la inyección de 258 millones de euros extra para solucionar este problema, el trasvase no ha conseguido detenerse.

 

En el caso de esta denuncia, nos centramos en las afecciones sobre el río Folledo.

 

En diciembre de 2007, se produjo una gran mortandad de truchas aguas abajo de la localidad de Buiza, que afectó no sólo al río Folledo sino también a los ríos Casares y Bernesga. Esta mortandad fue consecuencia  de diversas filtraciones de residuos acaecidas a lo largo de varios meses, las cuales produjeron la colmatación del cauce con cemento y la desaparición de los invertebrados de las aguas. Como resultado de dichas filtraciones, la mitad inferior del río Folledo se volvió no apto para la vida de especies relevantes, como la trucha, la nutria o el desmán ibérico, quedando sólo la zona superior  (el denominado arroyo de Alceo) al margen de estas afecciones.

Más adelante, en junio de 2008, la U.T.E. Túneles de Pajares 1 solicitó a la Confederación Hidrográfica del Duero autorización para ejecutar obras en el arroyo de Alceo, consistentes en el “Levantamiento del cauce y construcción de una losa de fondo, para tapado de sumideros aparecidos en el cauce del arroyo Alceo a causa de las obras de apertura de los túneles de la variante ferroviaria de la Línea de Alta Velocidad León-Gijón”. Las obras consistieron en cementar un tramo de unos 300 metros de los arroyos de Alceo y Pedrosillo (Foto 1), alterando así  la morfología de su lecho natural. No obstante, estas obras permitían el paso de los peces aguas arriba, incluían la construcción de pequeños pozos de refugio (Foto 2) y  paliaban (al menos de forma temporal)  las filtraciones de agua.

Tras las fuertes lluvias de comienzos de octubre de 2010, la filtración se agravó, generándose varias zonas de hundimiento por las que se pierde la totalidad del caudal (Fotos 3 y 4) y quedando el río completamente seco a partir de ese punto. Este hecho se tradujo en la mortandad de las truchas que se habían refugiado en la cabecera del río ante las alteraciones producidas en la zona baja (Fotos 5 y 6, la trucha de la imagen tiene 21 cm)

 

Pasado un año del evento (octubre, 2011), el río sigue filtrándose totalmente en el entorno de Alceo, secándose aguas abajo, y recogiendo progresivamente un caudal mínimo procedente de los valles secundarios, insuficiente para mantener la ictiofauna que lo habitaba. Además, el tramo bajo del río, a partir de la localidad de Buiza dónde el caudal aumenta ligeramente, mantiene un elevado nivel de contaminación y colmatación de su fondo que impide la vida.

 

Un problema añadido afecta a las últimas truchas del río, refugiadas en la cabecera, tanto en el Arroyo de Alceo como en el de Pedrosillo, por encima del tramo cementado, y que en su mayor parte son alevines. Estos peces actualmente no tienen posibilidad de supervivencia, puesto que al descender buscando la zona baja de la cuenca se encuentran con la filtración del caudal y, por tanto,  con un cauce seco, además de cementado.

 

La situación descrita nos parece intolerable, especialmente porque tiene lugar en una zona declarada de alto valor natural y afectada por múltiples obras públicas que, en el peor de los casos, deberían aportar algún tipo de medida compensatoria para paliar los desastres medioambientales producidos. Incluso aunque el problema ocasionado no pueda resolverse por completo, existen medidas sencillas que permitirían, al menos, devolver las aguas al arroyo de Folledo y permitir a la fauna reinstalarse en el mismo.

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Presentación del libro Guía del Patrimonio geológico de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga

El viernes 14 octubre, en la Casa de la Cultura de La Pola de Gordón, tuvo lugar la presentación del libro Guía del Patrimonio geológico de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga. Al acto fue presidido por Francisco Álvarez, subdelegado del Gobierno en León y por Francisco Castañón, alcalde del municipio de La Pola de Gordón.

Este libro ha sido realizado por varios miembros de GEOPAGE y pretende alcanzar un triple objetivo: 1) dar a conocer la riqueza geológica del Alto Bernesga con un lenguaje asequible al público no especializado; 2) servir de base a cualquier posible iniciativa relacionada con el geoturismo en el valle; y 3) ser útil a las administraciones locales en aspectos relacionados con conservación del medio ambiente y ordenación del territorio.

El libro puede adquirirse en lasa dependencias de la Reserva de la Biosfera, situadas en el Ayuntamiento de La Pola de Gordón y en las librerías Artemis e Iguazú de la ciudad de León.

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Ruta de fósiles urbanos en La Pola de Gordón

Como complemento a la presentación del libro Guía del Patrimonio geológico de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, el próximo viernes día 4 de octubre, tendrá lugar una ruta guiada para observar y aprender a reconocer los fósiles que aparecen en las rocas de varias construcciones urbanas de La Pola de Gordón.

La ruta será guiada por Rodrigo Castaño de Luis y por Esperanza Fernández, miembros de GEOPAGE y ha sido organizada por la oficina de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga. Dará comienzo a las 17:00 horas y el punto de partida es la plaza del Ayuntamiento. Os esperamos allí.

A los asistentes se les entregará un tríptico de la ruta, que también puede descargarse pinchando en la figura.

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